LECHE DE QUINUA
Leche de quinua. La leche de quinua es muy fácil de preparar en
casa, está muy rica, es sana y además no tiene gluten, por lo que también es
apta para celíacos.
Le he cogido el gusto a preparar leches vegetales en casa y
estoy preparando en versión casera todas las que he probado. La leche de quinua
me recuerda un poco a la de avena en la consistencia y en el sabor y lo mejor
de todo es que no tiene gluten, así que si eres celíaco o sigues una dieta sin
gluten, puedes tomarla sin problemas.
Para preparar la leche de quinua sólo necesitas agua y quinua,
aunque yo le he echado también dátiles y canela, le dan un sabor muy rico y son
ingredientes sanos y naturales. En general siempre suelo endulzar las leches
vegetales con dátiles, son saludables y mucho más económicos que otros
endulzantes como el sirope de agave o de arce.
Puedes echar otras especias a la leche o incluso añadir vainilla
o cacao.
Es muy típico desayunar leche de vaca con algún cacao comercial
en polvo (cargado de azúcar y con una mínima parte de cacao) y azúcar blanco,
yo de hecho lo he tomado durante casi toda mi vida, pero no es una opción sana.
Puedes sustituirlo por leche vegetal endulzada con dátiles y cacao o algarroba
en polvo sin azúcar. El sabor es muy parecido y es una opción más ligera y
sana.
He visto varias recetas que utilizan quinua cruda para hacer
esta leche, pero según tengo entendido no se puede consumir en crudo, así que
he preferido cocinar la quinua antes de batirla con el resto de los
ingredientes.
Para separar la pulpa del líquido puedes utilizar una gasa,
bolsa o tela para hacer leches vegetales, aunque una tela o servilleta te puede
hacer el apaño. Si usas un colador tiene que ser muy fino porque si no, la
leche no quedará completamente líquida.
La quinua es un pseudocereal, oriundo de Peru, que no es muy
conocido en España, de hecho no se ha hecho relativamente popular hasta hace
poco. Tiene unas propiedades estupendas y está muy rica. Si no te gusta su
sabor o si te parece demasiado cara, puedes probar la leche de avena o la leche
de arroz, también son leches hechas a partir de cereales y son mucho más
económicas.
Puedes echar más o menos agua para hacer que tu leche sea más o
menos consistente y ligera, a mi personalmente me gusta que las leches
vegetales tengan bastante sabor y cuerpo, así que suelen tener más calorías que
las comerciales. Puedes preparar tu leche de quinua como más te guste, es lo
bueno de hacerla en casa, que además de barata, sabes los ingredientes que
lleva y puedes personalizarla a tu gusto.
*INGREDIENTES*
1 taza de quinua cocinada (240 gramos)
3 tazas de agua (750 mililitros)
4 dátiles
1/4 cucharadita de canela
*INSTRUCCIONES*
Cocina la quinua siguiendo las instrucciones del paquete. Deja
enfriar.
Echa en una licuadora o robot de cocina la quinua y el agua y
licua hasta que estén completamente integrados.
Cuela la leche de quinua con una gasa, tela, utensilio para
hacer leches vegetales o con un colador muy fino para separar el líquido de la
pulpa.
Echa la leche de quinua en la licuadora de nuevo, añade los
dátiles y la canela y vuelve a licuar.
Guarda la leche de quinua en una botella o recipiente hermético
en la nevera durante un máximo de 3 ó 4 días.
Es de delicado sabor
y textura cremosa por lo que se suele utilizar también para espesar cremas,
salsas e incluso hacer mayonesa, sustituyendo el huevo por la leche de avena.
Está indicada para personas estresadas, que padezcan de
insomnio y alteraciones digestivas de origen nervioso, porque ayuda a serenarse
gracias al aporte de vitaminas del complejo B y combate eficazmente la
retención de líquidos. Es muy rica en vitamina B1, B2, E, PP, D,
niacina, caroteno y además azufre, calcio, fósforo, potasio, sodio, hierro,
magnesio, cobre y zinc. Es útil para una buena digestión, combate el
estreñimiento, el colesterol y la diabetes. Es una gran fuente de energía para
las personas de bajo peso, los deportistas, estudiantes o personas con exceso
de trabajo intelectual, gente cansada o abatida. Baja la tensión, reduce el
colesterol, desintoxica la sangre, es antitrombótica, previene los infartos y
la arteriosclerosis. *Combate la pirosis, gastritis, ulcera, diarreas, gases,
dolores de estómago, disfunciones hepáticas y biliares*. En los
niños favorece la salida de los dientes, en los grandes previene la formación
de caries dental, gracias a los filinatos presentes en la envoltura del grano
de avena. *Actúa remineralizando los huesos*. Su vitamina B1 es
imprescindible para el buen funcionamiento del sistema nervioso, su carencia
conduce al nerviosismo, falta de concentración, agotamiento, jaquecas,
esquizofrenias, depresión, neurosis, sólo se cubren las necesidades diarias
cuando se introducen la avena o el pan integral en la dieta diaria. Ayuda en
los casos de hipotiroidismo. Esta leche favorece el peristaltismo intestinal y
actúa como un gel que suaviza las mucosas intestinales.
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