SOLUCIÓN NATURAL PARA EL ACNE


ACNÉ INFLAMATORIO: Esta dolencia la asociamos a la adolescencia, pero para quienes llevamos a cuesta candidiasis, puede perfectamente  acompañarnos hasta pasados los 40 o 50 años. Se presenta en forma de poros obstruidos de grasa que mayormente aparecen como miliums, puntos negros constantes y permanentes. La sensación producida es que jamás conseguimos una piel limpia.
Los comedones a veces están cerrados y no se pueden drenar quedando –nunca mejor dicho– enquistados en nuestra piel causando graves problemas en nuestra autoestima.
En cuanto lleves una dieta alcalina y una buena higiene personal, tu piel comenzará a desintoxicarse con mayor facilidad y su limpieza resulta mucho más cómoda, además claro está, de ganar una mayor hidratación y turgencia. Hecho que permite comenzar a disfrutar de una piel lisa.
El acné inflamatorio es muy común en las personas intolerantes al gluten y a la Lactosa, siendo esta última una de las mayores responsables de miliums y
acné.

SOLUCIÓN ANTIACNÉ DE ACEITE DE COCO
Alguna vez habrás escuchado que la piel es el órgano más extenso que tenemos. Cualquier desequilibrio interno que tengamos la delata, siendo la mejor aliada hasta el momento para determinar dónde estamos fallando con
nuestra alimentación así como con los productos cosméticos.
Para erradicar una piel intoxicada la limpieza interna y externa es la única y definitiva solución. Créeme que no es necesario llegar al extremo de quemar la superficie con láser y mucho menos, ingerir fuertes antibióticos que destruyan tu hígado y flora intestinal. Lo que sí es innegociable, es que adoptes una serie de hábitos y rutinas tanto cosméticas como alimentarias que transformarán tu vida.

PASOS COSMÉTICOS PARA DESINTOXICAR LA PIEL
Rutina de limpieza
El producto más efectivo empleado hasta el momento es una mezcla de aceite de coco y un aceite esencial, en este caso, el de pomelo. Sin exagerar te digo que he usado cientos de limpiadores, desmaquillantes en gel, pads, lociones dermatológicas que en su composición llevaban alcohol, petrollatum, etc…, y la forma más efectiva que hay de desmaquillar y limpiar el rostro está basada en una fórmula de belleza asiática que consta de un aceite vegetal y una solución micelar o tónico.
Por la noche, uses o no maquillaje, colocarás una pequeña porción de aceite de coco en la palma de tu mano del tamaño de un guisante. Dejarás que se derrita y con movimientos suaves, sin arrastrar ni frotar, te masajearás incluyendo los ojos. El paso siguiente será pasar una muselina o algodón empapados de agua micelar para proceder a la primera extracción de maquillaje. Repetir una vez más, masajear el rostro con las yemas de los dedos y de inmediato pasar un algodón empapado. Llegados a este punto comprobarás que casi no quedan rastros de maquillaje.
Justo ahí, aplico una mezcla de tres cucharaditas de aceite de coco con 5 gotas de aceite esencial de pomelo. Esta mezcla es aconsejable conservarla en un frasco de vidrio oscuro –puede ser reciclado de una crema ya terminada– y realizo un masaje más profundo y extenso con movimientos circulares, de dentro hacia afuera sin arrastrar, ayudando a movilizar la linfa de manera que se produzca una desintoxicación más efectiva. Aquí hay que tener especial cuidado y evitar la zona de los ojos. Una vez más, volver a pasar un algodón impregnado en solución micelar y proceder a lavar con agua tibia.
Cuando el acné es muy rebelde, recomiendo usar un gel para que sientas que has arrastrado hasta la última capa de suciedad.
Para completar un poderoso sistema de limpieza, una o dos veces por semana realiza una exfoliación con una cucharadita de aceite de coco mezclado con azúcar moreno, dos gotas de aceite esencial de eucalipto y un cuarto de aspirina molida. Nuevamente, con movimientos circulares masajeas de forma suave y profunda la piel. Incluso si quieres, deseas y puedes, antes de aplicarte este ritual te auto regalas unos minutos colocándote una toalla tibia tirando a caliente sobre el rostro para abrir los poros y activar tus sentidos. Si lo haces de esta manera, termina el proceso con un buen lavado y retirada del producto exfoliante con agua fría. Seca con golpes suaves y siempre con una toalla limpia que destines única y exclusivamente para tu rostro.

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