LA CANDIDIASIS Y LAS PLANTAS I
La Candidiasis es
producida por un hongo Candida Albicans levadura que vive simbióticamente en el
tracto gastrointestinal. Sus síntomas en general se mantienen controlados por
las bacterias beneficiosas que existen en un organismo o cuerpo sano. Sin
embargo, debido al tipo de alimentación diaria basada en alto contenido de
dulces y carbohidratos que contienen grandes cantidades de azúcares y alto pH,
la presencia de Candida Albicans es mucho mayor a lo normal y se puede propagar
a otras partes del cuerpo principalmente en aquellas con membranas mucosas como
boca, ojos, vagina, pene, ano, nariz, etc.
También hay otros factores que influyen en la proliferación
excesiva del hongo de la Candidiasis:
Uso de Antibiótico
Uso de esteroides como
cortisona y prednisona
Píldoras anticonceptivas y
de reemplazo hormonal
Dietas desbalanceadas
Quimioterapia y radiación
Alimentos procesados y
alimentos que contienen conservantes
Estrés por tiempo
prolongado (provoca desbalance químico)
También contribuyen a su desarrollo los alimentos que
acidifican la sangre:
Café
Té negro
Alcohol
Tabaco
Vinagres
Exceso de fruta
Consumo de productos
lácteos
Se deben tener en cuenta
aquellos alimentos que son propensos a la fermentación.
Por eso es necesario
evitar consumir alimentos procesados que contienen conservantes, el vino, la
cerveza, el alcohol en sus distintas variedades.
La leche y los derivados
lácteos.
Miel y Jarabes.
Frutas y verduras con alto
contenido de fructosa o azúcar como las zanahorias, uvas, manzanas, ñame,
remolacha, calabazas o zapallos dulces. Y la mayoría de los carbohidratos y
farináceos como el trigo, maíz, arroz, papas, cereales, granos y legumbres, que
incluye por supuesto el pan, masas, tortillas, pasteles en general.
Muchas veces, simplemente la Candidiasis comienza como una
simple infección por hongos. Ya sea por alimentos o
por contagio directo.
Algunos de sus síntomas
iniciales se suelen confundir con cólicos intestinales o premestruales y por el
aumento de gases e hinchazón posteriores a la digestión.
Sin embargo, después de un
período de tiempo, este hongo si no es controlado sigue creciendo y puede
permanecer por años en los intestinos o en las mucosas del cuerpo.
Se ha descubierto que la
Candidiasis producida por la Candida Albicans puede llegar a traspasar las
mucosas de la pared intestinal, generando ulceraciones o grietas que se conoce como
enfermedad Chrone y síndrome de intestino irritable (SII). Estas fisuras
permiten que esta levadura parásito pueda emigrar a otras zonas más profundas
del cuerpo llegando a los riñones, hígado, páncres, estómago y pulmones y sus
tóxinas o micotóxinas se dispersan a través del torrente sanguíneo.
La Candida Albicans
produce más de 79 subproductos tóxicos, los cuales debilitan el sistema
inmunológico. Una de las principales toxinas producidas a partir de Cándida es
el acetaldehído, que se transforma en etanol (alcohol) en el hígado, generando
estados de confusión y falta de claridad mental. Inclusive se han dado casos
donde pacientes con Candidiasis sus éxamenes de laboratorio han dado positivo
con niveles elevados de alcohol en sangre superiores a lo normal.
Es posible que hasta ese
momento el individuo haya convivido con este hongo parásito por un largo
tiempo, pero llega un momento que el sistema inmunológico no es capaz de
controlar los efectos de las micotoxinas presentes en la sangre, y comienzan a
revelarse síntomas como alergias respiratorias y/o a la piel esporádicas, dolor
de cabeza o cólicos que aparecen sin causas específicas. En casos más severos
hay aparición de eczema, psoriasis, acné y otras afecciones de la piel.
Los altos niveles de
estrés por tiempo prolongado también influyen afectando el equilibrio químico
natural del cuerpo.
Este agotamiento también
deteriora la digestión, se hace casi imposible digerir y absorber en forma
correcta las vitaminas y minerales esenciales de los alimentos, y por ende las
células pierden su capacidad para desarrollarse y reparar el cuerpo.
Otros síntomas comunes como manifestación de Candidiasis son:
Indigestión, distensión
abdominal, gases, fatiga, desorientación, falta de memoria, adormecimiento,
dolor abdominal, estreñimiento, ataques de ansiedad y depresión, irritabilidad
y agitación cuando se tiene hambre.
Falta de coordinación,
dolor de cabeza, erupciones cutáneas, infecciones vaginales por hongos, y
cambios en la frecuencia urinaria.
Desequilibrios emocionales
y mentales que influyen en la personalidad son síntomas comunes en la
proliferación de Candida Albicans. La depresión es un componente casi constante
relacionada con el crecimiento de la levadura y la emisión de sus micotoxinas.
La permeabilidad y
ulceraciones de las membranas y mucosas permite que las toxinas de la Candida
llegen al cerebro, sobre todo cuando el hígado está sobrecargado y estresado
que es incapaz de limpiar y depurar la sangre correctamente.
Si hay sospechas de tener
Candidiasis por los síntomas generales mencionados antes, es momento para decidir y realizarse un
estudio médico y de laboratorio para determinar si existe Candidiasis y cuál es
la cepa de
levadura que está causando
este desbalance en la salud.
Por lo general lo médicos
para erradicar la Candid Albicans recetan antifúngicos y/o también antibióticos
dependiendo de la severidad de cada caso en particular, soluciones que también
contribuyen a alterar el sistema inmunológico natural, creando así un círculo
de pacientes crónicos.
Algunos buenos resultados
se han logrado con la prescripción de Nistatina, Fluconazol, Antifúngicos en
base a hierbas naturales.
Si tienes una pareja
estable es muy posible que también se haya contagiado, por lo cual se
recomienda que también realice el protocolo de desintoxicación y el tratamiento
prescrito por su médico.
Pero según la mayoría de
los casos expuestos por pacientes crónicos, han demostrado que el hongo de la
Cándidiasis no es fácil de erradicar.
La humedad de las mucosas,
la temperatura y el desequilibrio del pH y débiles sistemas inmunológicos no
tienen la potencia para erradicarlos, además de la facilidad en que este hongo
emigra a otros órganos internos. Por ello al igual que cualquier caso de
contagio o contaminación de hongos o por intoxicación por micotoxinas es de
vital importancia la prevención.
Los mejores resultados se
han observado en pacientes que han realizado un cambio de hábitos alimenticios
por un periodo de tiempo prologando en conjunto con dietas depurativas y
desintoxicantes, también se sugiere un régimen diario de probióticos y
prebióticos, como acidófilos.
Al igual que cambios en el
cuidado y descanso del cuerpo. Recuerda que cualquier programa de medicina o de
limpieza es importante que sea supervisado por médicos calificados.
Los ácidos grasos saturados
El ácido undecilénico y
caprílico son ácidos grasos saturados que se han usado por largo tiempo para
tratar las infecciones producidas por hongos. Las fuentes comunes de ácido caprílico son el aceite de palma y de
coco, mientras que el ácido undecilénico se extrae del aceite de ricino.
Ambos, especialmente el
ácido undecilénico tiene datos de investigación viables que demuestran ser
efectivos como tratamiento de elección para las infecciones micóticas de la piel.
Una dosis típica de ácido caprílico sería hasta 3600 mg por día en dosis
divididas con las comidas. Ácido undecilénico comúnmente se toma en dosis de
hasta 1000 mg por día, también en dosis divididas.
Si sospecha de candidiasis
es importante mantenerse atento a algunas señales que incluyen:
Normalmente, este tipo de
hongo vive en el organismo humano pero el sistema inmune es capaz de evitar su
proliferación. Sin embargo, cuando el cuerpo está más débil o sufre alguna
alteración hormonal, como después de sufrir una gripe o durante el embarazo,
estos hongos se pueden reproducir de forma exagerada causando la candidiasis.
La candidiasis no solo se
manifiesta a nivel de las partes íntimas, también puede manifestarse en otros
locales del cuerpo, como por ejemplo: en la piel, boca o intestinos.
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