LAS PLANTAS Y NUESTROS SISTEMAS ORGÁNICOS II
Nadie debiera
automedicarse con plantas medicinales, porque corre el riesgo de permitir que
una enfermedad grave se establezca innecesariamente en su organismo, cuando una
visita oportuna al médico le habría puesto fin a tiempo.
Todos debiéramos
comprender con claridad el concepto de que cada
individuo es responsable de su propia
salud, una verdad que las autoridades médicas de diversos países están
divulgando cada vez más por los medios de comunicación.
La aceptación de este
concepto requiere cambios urgentes en el estilo de vida personal. Es necesario
disciplinarnos y fortalecer la voluntad para evitar los abusos debilitantes del
organismo, y especialmente del cerebro, como el uso de bebidas alcohólicas,
tabaco y drogas.
Además, tenemos que revisar las normas morales y
éticas que forman la base de nuestro comportamiento y estilo de vida.
Por ejemplo, consideremos
el concepto bíblico que declara: “¿No sabéis que sois templos de Dios, y que el
Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios
le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”
(1 Corintios 3:16-17).
Si la persona se
identifica con esta dimensión espiritual, aceptará su responsabilidad frente al
Dios Creador, aprenderá a alimentarse para vivir con salud y vigor (comerá
cereales, legumbres, verduras y frutas en abundancia, evitará el uso
innecesario de grasa, sal y azúcar), evitará el empleo de sustancias
perjudiciales para el cuerpo y la mente, usará los recursos salutíferos
naturales como el aire puro, el agua, la luz solar, el ejercicio y las sanas
hierbas medicinales.
En su relación con los
demás actuará con sinceridad y nobleza, sin aprovecharse de ellos ni
perjudicarlos, porque también ellos son templos de Dios.
El Dr. Rafael Lezaeta Pérez Cotapos expresa de esta manera el
concepto de la responsabilidad individual en relación con la salud:
“Es necesario comprender
de una vez por todas, que no nos
enfermamos por casualidad, sino que, en todo momento el estado de nuestra salud
es reflejo fiel de nuestros actos diarios.
Todo exceso en la comida o
en la bebida, cualquier transgresión a las leyes naturales, repercute, a la
larga o a la corta, en nuestra salud: por ejemplo, la madre enfermará a su hijo
al privarlo de la lactancia natural; el niño comprometerá su porvenir al
adquirir la mala costumbre de ingerir dulces, helados, café y carnes; y el
adulto se convertirá en enfermo por obra y gracia del tabaco, del alcohol y del
abuso de los placeres de la mesa” (Rafael Lezaeta Pérez Cota, Manual de
alimentación sana, pág. 36).
Las hierbas humildes que
alegran el paisaje con sus hermosas flores y que nos deleitan con su aroma y
sabor agradables cuando las preparamos en forma de tisana para calmar los
nervios, normalizar el aparato digestivo o suavizar los bronquios, son sólo una
parte de los numerosos recursos naturales, mentales y espirituales que Dios ha
puesto a nuestro alcance para que vivamos con salud y felicidad.
Acá va una pequeña guía con lo más recomendado para cada
sistema.
1. Sistema nervioso
Romero: Ayuda a restaurar y
reanimar el organismo por ser estimulante y mejorar la circulación, tiene un
efecto tonificador del sistema nervioso.
Necesitamos:
Ramas frescas de Romero
Agua’
Miel o Panela
Hacemos hervir el agua y
enseguida agregamos las ramas de Romero, apagamos el fuego, y agregamos la
miel o la panela.
Muy bueno tomarlo en las
mañanas y en las noches.
2. Sistema reproductivo
Salvia: Por su alto contenido en
zinc aumenta la producción de hormonas masculinas, testosterona. Se debe
utilizar para ello las sumidades florales. Popularmente se ha utilizado el
Jengibre como afrodisíaco.
Se puede preparar en infusión, en tisanas, en aceite tanto para el cuerpo como para
nuestros rituales, en sahumerios es imprescindible cuando debemos hacer una
limpieza de casa o de cuerpo.
3. Sistema digestivo
Manzanilla: Actúa como digestivo,
relajante, serviría en tensiones nerviosas en el estómago, antinflamatoria y
también diurética (aumenta la secreción de orina)
De modo preventivo se
toman dos o tres tisanas diarias (5-6 cabezuelas florales por taza) o de 100 a
200 mg de extracto diarios.
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