CALDOS CURATIVOS PARA LA GRIPE
Hay muchas formas de elaborar caldos.
Ya sean de verduras o pollo, nos ofrecen muchos nutrientes. Cuando se presenta
algún cuadro de gripe u otras enfermedades similares, tomar un caldo bien
caliente siempre es una buena opción.
Durante las frías temporadas de
invierno y otoño, nada mejor que unos buenos caldos para reconfortar el cuerpo
y el ánimo. Más aún si se padece de gripe estacional, resfriado o catarro, que
son tan usuales en estas épocas.
En la memoria colectiva está grabada
la estampa de la abuela o la madre ofreciendo el tradicional plato de comida
caliente (sopa, crema o caldo) para aliviar cualquier indisposición, devolver
las fuerzas y reconfortar.
Todos los caldos, sean vegetales o
proteicos, son muy nutritivos gracias a su combinación de sus
ingredientes.
Ya sea que las personas estén convalecientes
o con sospecha de padecer gripe o resfriado, el caldo aporta muchos beneficios
al organismo.
Hay varias razones para esto:
Dado que tiene un alto contenido de
agua (tanto por la base del caldo en sí como por los ingredientes), ayuda a
hidratar el organismo. Asimismo, estimula la micción y las deposiciones.
Es fácil de consumir en caso de
inapetencia. Al sufrir alguna enfermedad estacional como la gripe, las personas
pierden el apetito, sobre todo de alimentos sólidos.
Es un plato nutritivo. Las
propiedades de los vegetales y proteínas que contiene, pueden suplir una buena
parte de los requerimientos calóricos del día.
Se trata de una preparación natural.
Debe elaborarse solo con productos naturales, evitando los lípidos en demasía y
los aditivos artificiales. Así, cumplirá con el imperativo de ser un plato
natural y además sano.
Por el mismo motivo, al consumirlo,
se elevan las defensas naturales del organismo.
Contribuye a curar más rápidamente
los estados gripales.
Un hábito importante que debemos
tener en cuenta ante una gripe o catarro es la hidratación. Eso ayuda a la
eliminación del exceso de mucosidad a través de las vías respiratorias.
Reconforta, provee sensación de
bienestar. Estas sensaciones preparan a la mente y al cuerpo para superar el
cuadro gripal, con efectos reales observables.
CALDO ESPECIAL PARA LOS BRONQUIOS
Necesitamos:
2 1/2 litros de
agua
5 cebollas moradas o rojas partidas en dos
11 dientes de ajo machacados
1 trozo del tamaño del dedo medio de jengibre machacado
1 trozo del tamaño del dedo medio de cúrcuma machacado
3 hojas de laurel
5 ramitas de orégano
3 zanahorias partidas por la mitad
1 poro o puerro
1 nabo partido por la mitad
1/2 cabeza de
apio, con hojas y todo
Sal
Pimienta negra
Vinagre de manzana (opcional)
Como lo hacemos:
Primero lavamos bien todos los ingredientes que
utilizaremos,
Ponemos a hervir el agua echándole la cebolla, el
jengibre, la cúrcuma, la sal y la pimienta, las hojas de laurel y el orégano.
Dejamos que hierva una media hora con estos
ingredientes y luego cuando este hirviendo le agregamos todos los ingredientes
restantes.
Dejamos que hierva unos 20 minutos más y queda listo
para tomarlo, pueden colar el caldo y beberlo como un consomé.
Dejamos reposar unos minutos
Suelo echar un chorro de vinagre de manzana a mi taza
antes de tomarlo porque potencia los efectos depurativos.
Si desean le pueden agregar pollo o huevos, o los dos pero ya se convertiría
en una sopa y la pueden comer así, queda muy sabrosa.
El secreto es de beberlo muy caliente, y varias veces
al día.
En mi país tenemos una bebida alcohólica propia, con denominación de origen llamada
Pisco, pues en la preparación también le echo una copita de pisco a este caldo
que es muy curativo en mi experiencia.
©Dana Lunar
CALDOS
DE POLLO Y ARROZ
Dentro de las recetas de caldos que
más se sirven en momentos donde se tiene las defensas bajas o simplemente frío,
se encuentra el caldo de pollo y arroz. Sencillo, suave y muy nutritivo. El
arroz es el ingrediente que aporta más cuerpo, sin embargo, el gusto se lo
viene a dar, sobre todo, el pollo.
Ingredientes
(6 raciones)
Sal (al gusto).
2 patatas (150 g).
2 dientes de ajo.
1/2 cebolla (30 g).
1 puerro (30-40 g).
1 pimiento verde (40 g).
Cebollino o perejil (al gusto).
12 tazas de agua (3 litros).
1 taza de arroz blanco cocido (150
g).
2 piezas de pollo que tengan hueso
(500 g).
Preparación
En una cacerola, hervir en el agua
las piezas de pollo durante 10 minutos.
Pelar y cortar las patatas en dados
de unos dos centímetros aproximadamente. Agregar al agua y cocinar por cinco
minutos más.
Cortar finamente la cebolla, el
pimiento y la parte blanca del puerro. Machacar un poco los dientes de ajo.
Añadirlos al caldo y seguir cociendo cinco minutos.
Retirar los trozos de carne del agua,
desmenuzar el pollo. Los huesos pueden reservarse para otras preparaciones.
Agregar al caldo el pollo
desmenuzado, el arroz, el cilantro y la sal.
Hervir durante solo cinco minutos más
y servir caliente.
De manera opcional se le pueden
añadir unos cuantos fideos a la receta.
CALDOS
DE VEGETALES
Si no se desea carne en los caldos,
esta opción de vegetales es igualmente reconfortante y muy adecuada para
combatir las molestias del catarro, la gripe o el resfriado. El plato rendirá
para seis personas.
Ingredientes
(6 porciones)
Sal (al gusto).
1 hoja de laurel.
16 tazas de agua (4 litros).
3 dientes de ajo majados.
2 cebollas picadas finamente (40 g).
1 manojo de apio picado finamente (50
g).
3 cucharaditas de perejil picado (15
g).
2 zanahorias peladas y cortadas en
dados (30 g).
1 poro o puerro trozado
1 nabo trozado
5 cms de raíz de jengibre
4 cucharaditas y media de aceite de
oliva (45 ml).
Preparación
Colocar un poco de aceite de oliva en
una sartén y sofreír allí las cebollas, el apio, poro y nabos, las zanahorias,
el ajo y la hoja de laurel.
Incorporar el jengibre, revolver un
poco y agregar el agua.
Hervir este caldo por aproximadamente
media hora.
Añadir las hierbas (cilantro y
perejil), la sal y apagar el fuego. Retirar la hoja de laurel.
Si se desea el caldo sin tropezones
de verdura y un poco espeso, siempre está la opción de triturar el líquido
(retirando el jengibre) con las cebollas, apio y zanahorias (o con parte de
ellas).
Dejar reposar un rato antes de
servir.
Recuerda
Los caldos deben servirse calientes
o, por lo menos, tibios, para que puedan brindar sensación de confortabilidad.
Ahora, en lo que respecta al uso de cubitos es necesario aclarar que, dado que
estos ya tienen cierta cantidad de sal y añadidos varios, si ya se han agregado
al caldo, no será conveniente volver a salar la preparación. Recuerda que el
exceso de sal es perjudicial para la salud.
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